Sus padres lo conciben a una edad bastante avanzada y luego de tener un sueño extraño.
En dicho sueño, del vientre de su madre (llamada Igniva) brotaba una llamarada intensa.
Esta visión fue interpretada por un sacerdote del pueblo como un augurio de que el niño sería muy importante y tendría notoriedad.
Esta vez sus padres lo siguen y el niño es reclamado ante el responsable del mismo.
Y así fue, al amanecer del día siguiente, un 3 de junio, Cono había muerto.
Existe una anécdota que narra el destino final de los restos del santo.
[5] Se utiliza una imagen del santo en una Capilla remodelada, con pinturas que representan sus milagros.