Décima Conferencia Panamericana

Esta conferencia es relevante para comprender el contexto de la Guerra Fría pues en su programa y resoluciones se pueden identificar la polarización ideológica que en estos años fue impulsada en América Latina por Estados Unidos, así como un discurso de cooperación militar y económica más marcado.Esta reunión tuvo como eje tres temas: el primero fue el de la cooperación política y militar para la defensa del continente americano, así como para prevenir ataques y agresiones.[1]​ Por otra parte, la discusión respecto a la intervención del comunismo internacional en los Estados americanos, se convertiría en la señal inconfundible de la polarización causada por el inicio de la Guerra Fría.Finalmente, la consecuente resolución sobre el caso guatemalteco también sería un signo del fin de la Temprana Guerra Fría.Durante la IX Conferencia Panamericana, se volvió importante asegurar la implementación de dicho pacto.También, debido a las dificultades que habían presentado los países americanos en su desarrollo económico se acordó convocar a una reunión protagonizada por el Consejo Interamericano Económico y Social donde se trataran específicamente las Medidas Prácticas para la Solución de los Problemas que Afectan a las Economías de los Países Americanos.En ella se le pidió al Consejo Interamericano Económico y Social que solicitara la participación del Secretario de la Comisión Económica Para América Latina, que en ese entonces era Raúl Prebisch, en la preparación y desarrollo de la reunión.En conjunto se aprobó la estrategia de inversión mediante capital extranjero, ya que había mostrado ser benéfica para el desarrollo económico de los países americanos.La coordinación entre los organismos de la Comisión Económica Para América Latina y el Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) tomó cierta importancia y se resolvió que era conveniente que las sesiones entre ambos organismos se proyectaran como regla, contemplando intervalos de tiempo entre reuniones adecuados para discutir los problemas de urgencia e importancia que les competieran a ambas instituciones.Por lo tanto, era necesario presentar un documento que sintetizara y recopilara los documentos económicos pasados, encargando al Consejo Interamericano Económico y Social encargarse del proyecto haciéndole las variaciones que estimara adecuadas.Durante esta conferencia, los países americanos miembros de la OEA reafirmaron su opinión respecto al comunismo internacional (soviético), la cual habían externado seis años antes, en la Conferencia de Bogotá.Con esta declaración, la OEA y sus miembros condenaron las actividades de dicho movimiento en defensa de la independencia política contra la intervención del movimiento comunista internacional.También se recomendó el constante intercambio de información entre las naciones americanas para cumplir con las resoluciones contra el comunismo internacional.Por esta razón, la declaración contra la intervención comunista, acordada en la X Conferencia Interamericana, simbolizaba un impedimento para las políticas desarrollistas que Árbenz intentaba impulsar.Las únicas delegaciones que apoyaron la negativa guatemalteca durante la resolución de la Declaración contra la intervención comunista fueron México y Argentina.
Marcos Pérez Jiménez, 1955.
Raúl Prebisch, Secretario de la Comisión Económica Para América Latina, 1954.
Jacobo Árbenz en su toma de posesión, 1951.