A nivel universitario jugó cuatro temporadas con las USC Trojans, logrando dos campeonatos nacionales en 1983 y 1984, aunque no se graduó.
Luego jugó en el club español Samoa Bétera (1986-87) y los italianos Parma (1987-1994) y Alcamo (1994-1996), obteniendo numerosos premios a mayor anotadora.
A los 34 años de edad, Cooper retornó a Estados Unidos en 1997 a jugar en los Houston Comets de la WNBA, logrando cuatro títulos consecutivos.
Promedió 21 puntos por partido, obteniendo además los premios a Jugadora Más Valiosa de las temporadas 1997 y 1998.
La jugadora ingresó al Basketball Hall of Fame en 2010.