Sin embargo, la simple substitución no produce directamente el color, sino que es necesario el efecto de las radiaciones aportadas por minerales radiactivos vecinos.
El cuarzo irradiado de esta forma tendrá un color proporcional a la dosis recibida.
La combinación de irradiación y tratamiento térmico permiten obtener cuarzo con otros tonos distintos al ahumado.
Muchos cristales de cuarzo que pasarían inicialmente por incoloros muestran un ligero tono ahumado si se examinan contra un fondo blanco.
[3] En el macizo del Mont Blanc, en Chamonix (Francia), son relativamente frecuentes las cavidades en los gneises con cristales de cuarzo ahumado perfectamente transparentes, con la morfología prismática habitual pero también con la conocida localmente como gwindel, con cristales tabulares deplazados entre ellos ligeramente en espiral, muy apreciada por los colecionistas.
[4] En España, el cuarzo ahumado es relativamente frecuente en cavidades miarolíticas de algunos granitos.