La palabra Cuapiaxtla, en la lengua náhuatl significa "Lugar de Montes" y proviene del vocablo Cuahuitl que quiere decir “Árbol”, así como de la eufónica y la final “Tla” que denota “Abundancia” .
En este contexto se desarrolla la vida social de San Francisco Cuexcontzi.
En otras poblaciones Texoloc, los arquitectos aprovecharon las lomas para construir en la parte más alta las estructuras piramidales, con el objeto de que el centro ceremonial pudiera ser visto a larga distancia.
En la fase Tezoquipan esta técnica se generaliza y, con variantes muy elementales, será la que encontrarían los españoles a su llegada en 1519.
Hasta esta fase contamos con información sobre San Francisco Cuexcontzi, del municipio de Cuapiaxtla.
El porfiriato: Desde la época colonial la hacienda sentó sus reales en Cuapiaxtla, pero su consolidación y esplendor tendría su momento durante las administraciones del general Porfirio Díaz y del Coronel Próspero Cahuantzi; los ferrocarriles abrieron un amplio mercado a la producción pulquera y cerealera de Tlaxcala, una febril actividad de construcción de ramales ferroviarios que comunicaría a las haciendas con los puntos más cercanos al Ferrocarril Mexicano y al Interoceánico, se apoderó de los hacendados.
El Ayuntamiento argumentaba que el camino era público, pues formaba parte del viejo camino que, de Cuapiaxtla, pasando por Huamantla, Apetatitlán y la capital del estado, se dirigía a San Martín Texmelucan.
En 1888 la tasa fue aumentada a 18 centavos, pero en 1906 la capacidad de contenido de los barriles disminuyó a setenta y cinco litros, sin que se redujera la tasa impositiva, lo que implicaba en realidad, un aumento del gravamen.
Casi al concluir la primera década del siglo XX, Cuapiaxtla padeció una epidemia de viruela que dejó muy diezmada a su población.
siglo XX La revolución mexicana: Cuapiaxtla no fue escenario de grandes combates durante la lucha armada.
Fuera de un combate que tuvieron fuerzas revolucionarias en un sitio cercano conocido como tepetates y el de Algibes, Puebla, lugar también cercano a Cuapiaxtla, que se dio entre quienes perseguían en 1920 al Sr. Venustiano Carranza, no se recuerdan otros acontecimientos bélicos en el municipio.
Para 1950 Cuapiaxtla contaba con la primera escuela de enseñanza elemental de seis grados: la escuela José María Morelos y Pavón, bajo la dirección del siempre añorado maestro José Cruz García.
Estas dos escuelas son el mejor homenaje que Cuapiaxtla puede rendirle a la ameritada profesora Celestina Gálvez, quien pacientemente durante muchos años, dedicó sus mejores esfuerzos para que varias generaciones aprendieran a leer y escribir, además de los elementales conocimientos de geografía, geometría, historia, civismo, ciencias naturales, etc. Para los años sesenta se funda la escuela secundaria de Cuapiaxtla.
El renacer de Cuapiaxtla no podía dejar de lado la vida cultural y en particular la musical, destacando entre los conjuntos más apreciados por su excelente vocalización el trío los "Halcones" formado por Miguel Rodríguez, Andrés Domínguez y Eduardo Peña, quienes daban serenatas a las jóvenes agraciadas de Cuapiaxtla y conciertos populares en el salón parroquial.
Imposible no citar a la cantante de ranchero Irene Piña, quien entonaba la canción campirana con singular emoción y agradable voz.
Gradualmente Cuapiaxtla fue modificando su aspecto campirano, para convertirse en una población con cierto grado de urbanismo, que cuenta con los servicios públicos adecuados y que se preocupa porque sus habitantes tengan acceso a los bienes culturales por medio del trabajo y del esfuerzo colectivo.
La mayor parte de sus atractivos turísticos son construcciones del neoclásico como el Palacio Municipal, así como Capillas, Haciendas y Parroquias, en la parte norte de la cabecera municipal, existe una zona desértica, única por su flora y fauna.