El Reverendo Carl Boberg de Monsteras, Suecia, tenía veinticinco años cuando escribió este poema.
Entonces una imprevista tormenta atrapó su atención, y luego tan súbitamente como hizo su aparición; sobrevino una pacífica calma que Boberg pudo observar desde arriba de la bahía Mönsterås.
En castellano, fue conocido más popularmente en el ámbito cristiano recién en los años 60, después de la traducción del pastor argentino Arturo Hotton realizada en 1958.
Tiempo después, en los años 70 su fama se acrecentaría llegando a ser el himno más famoso de los himnarios, siendo entonado por numerosas congregaciones, coros y solistas.
No hay duda alguna que hoy en día es la canción de adoración y alabanza más popular en lengua española.