En botánica sistemática se llama criptógamas (Cryptogamae en latín) a todos los vegetales que no contienen semillas.
Este nombre era usado desde Linneo para referirse a las plantas sin flores y por extensión aquellas cuyos aparatos de reproducción no eran visibles a simple vista, cuya mayor diferencia de las fanerógamas (Spermatophyta) es que estas se propagan por semillas, habiéndose observado solo la propagación por esporas.
A partir de aquí la clasificación sufrió diferentes cambios con divisiones y reorganizaciones.
En el concepto caben grupos como los hongos, los diversos grupos conocidos como algas y la parte de los embriófitos (plantas terrestres) que carece de semilla, incluidos por ejemplo los musgos, los licopodios, los helechos y los líquenes.
Aparece también todavía en el título de algunas revistas científicas, como Cryptogamic Botany, publicada en Stuttgart.