Cova dels Rossegadors

Las representaciones de este abrigo se ajustan a las características generales del Arte Levantino.

Este se suele ubicar en abrigos rocosos poco profundos, mayoritariamente pintado aunque existen algunos casos de grabados, en el que prima el color rojo y que se realizaría mediante útiles finos como plumas o pinceles.

[3]​ Las pinturas fueron estudiadas en dos fases: una primera por parte de Salvador Vilaseca (1947) y una segunda décadas después por Norberto Mesado (1989), dedicándose este autor a las que se encontraban en el espacio cerrado por la caseta del polvorín, que Vilaseca no había podido estudiar.

En cuanto a los animales destacan las cabras y los ciervos, aunque también hay jabalíes, aves e incluso uno identificado como un cánido.

Además existe una escena con varias figuras humanas y un arboriforme que por sus características parece alejarse del Levantino.