El "nacimiento", más conocido es como "pesebre" se arma unos días antes de la Navidad; es una actividad, esencialmente hogareña, la cual permite y exige la colaboración colectiva.
Los cantos, generalmente entonados a dos voces, son acompañados con instrumentos de cuerda como el violín, el cuatro y la guitarra.
Es así como rostros, vidas, miradas, manos, risas, sonidos, armonía y ritmo se juntan en una sola pasión por la Música.
Puede definirse como una ‘fiesta en la casa’ no estrictamente religiosa; se hace todo lo relativo al ambiente festivo, a la alegría.
Se reparten en las iglesias unas velas amarillas que se llaman ‘velas del alma’, las cuales, según una antigua tradición llamada ‘la fiesta de las candelas’, representan las luces que alumbran el camino de la gente al nacer y al morir.
Hay quienes las guardan en sus altares domésticos para usarlas en tormentas o crisis familiares, que serán puestas en manos de la Virgen.
Desde entonces, los devotos de todas las aldeas cercanas al pueblo de Mucuchíes, ponen en marcha una minuciosa organización para festejar la bondad del Santo y convocar a los parroquianos a un encuentro jubiloso.
En Mérida se realizan el desfile y las corridas de toros, fecha en la cual culmina.