La corteza del queso protege el queso contra sequedad, deformaciones y ataques de moho o de animales.
En Países Bajos, el queso a menudo se presiona con requesón.
La corteza del queso a menudo se lava y frota varias veces para evitar el desarrollo de moho.
Quesos sin corteza son los cremosos y los hojaldrados.
En algunas regiones del sur de España se usa como refrán "en el campo no se raspa el queso" en sentido estricto para aludir al hecho de que no se quite la corteza del queso antes de comerlo, pero más a menudo para aludir al hecho de que en el campo o en ambientes familiares no se necesitan costumbres refinadas.