La Coriaria arborea (en maorí tutú) es una especie botánica que pertenece a la familia de las coriariáceas, autóctona de Nueva Zelanda.
Lo que parece un fruto carnoso son los pétalos agrupados envolventes de los aquenios.
A pesar de ello se estudian las propiedades medicinales en condiciones controladas.
Coriaria arborea es una planta colonizadora de terrenos perturbados que incrementa la fertilidad.
Después de la erupción del volcán Tarawera de la Isla Norte de Nueva Zelanda (1886), que acabó con toda la vegetación de los alrededores, esta planta volvió a crecer desde 1928, lo cual permitió que se estableciera la sucesión vegetal hacia los árboles autóctonos como Griselinnia littoralis y Weinsmannia racemosa.