Participaron ocho selecciones divididas en dos grupos de cuatro equipos cada uno, en los cuales los dos primeros avanzaron a las semifinales y los ganadores a la final.
[1] Nueva Zelanda se consagró campeón de manera invicta, sin recibir tantos y sin mayores complicaciones, al vencer 3-0 a Vanuatu en la final, obteniendo así su sexto título.
El ganador de la ronda, Samoa, clasificó al torneo final.
Un total de 7 árbitros y 9 asistentes fueron confirmados por la OFC para el torneo.
Entregado a aquella selección con el juego más limpio de la competición.