Las copas para beber se introdujeron desde Oriente Próximo.
El interior de las copas es negro, solo una banda estrecha o banda por debajo del labio queda en el color de la arcilla base.
El pie y el exterior de las asas son también negros.
Los primeros ejemplares eran bastante grandes, pero a lo largo del período de su producción gradualmente se hicieron más pequeños.
El nombre deriva del tema preferido de los artistas, el komos, un motivo estrechamente vinculado con la cerámica etrusca.