[3] Más tarde, adquirió las partes de sus socios, convirtiéndose en propietario único hasta su muerte treinta y cuatro años después.
Para diferenciarlo del cercano Hotel Florida, el bar pasó a llamarse Floridita.
En el Floridita, Ribalaigua creó numerosos cócteles, entre ellos se le atribuye la autoría del famoso daiquiri, con jugo de limón, azúcar, ron y hielo frappé.
El escritor Ernest Hemingway fue un cliente habitual del Floridita durante veintidós dos años, y dejó constancia en su novela póstuma, Islas en el golfo (1986).
[4] En el año 2020 el periodista Ramon Vilaró Giralt hizo un documental titulado Constante y el Floridita de Hemingway, donde se explica su historia.