El Consejo de hombres buenos es un tribunal consuetudinario, es decir, cuyas reglas y autoridad vienen dadas por la tradición y la costumbre, que está encargado de dirimir conflictos de riego en la Huerta de Murcia.
[1] Los juicios del Consejo de Hombres Buenos son orales, siendo habitual que un escribano recupere las declaraciones.
La instancia está presidida por el alcalde o su delegado, que cuenta con un voto de calidad decisivo en caso de empate y que se encarga de llevar a efecto las resoluciones.
Su objetivo es fallar y resolver las cuestiones y demandas sobre infracciones determinadas en las ordenanzas de la huerta.
Los procuradores solo pueden ejercer su función una vez al año.