Congreso de Química de Ginebra

La nutrida comisión francesa se opuso a abandonar la posibilidad de utilizar nombres diversos para una misma sustancia.

En su opinión, resultaba extremadamente útil para la enseñanza poder utilizar diversos nombres que evidenciaran uno u otro componente de un compuesto dado, o que destacaran una u otra propiedad.

Desde esta otra posición, las normas de nomenclatura eran concebidas como un medio para lograr la asignación del nombre oficial que para cada sustancia debería emplearse en las tablas e índices de los repertorios bibliográficos, diccionarios, manuales, etc.

Las normas debían servir sólo para esto, dejando a los autores absoluta libertad en el uso de unos nombres u otros en sus escritos.

Esta fue la posición que adoptó finalmente el congreso de Ginebra en su primera resolución: