Concierto para saxofón (A. Glazunov)
Glazunov, exiliado por entonces en París, se sentía atraído por la llamativa sonoridad del saxofón (ya había compuesto incluso un cuarteto de saxofones), inventado casi un siglo antes por Adolphe Sax, y que entonces apenas contaba con un pequeño repertorio.Según algunos saxofonistas clásicos, esta fue la última obra de Glazunov, debido que la enumeró (op.110; sobre todo si se tiene en cuenta que Glazunov también hizo un arreglo para orquesta (op. 109a).Curiosamente, Glazunov nunca había aludido a un colaborador en su correspondencia y se sospecha que quizás Petiot tuvo una importancia relevante en la escritura del concierto original.Su estreno tuvo lugar en Alemania, de la mano del saxofonista Sigurd Raschèr, quien le encargó y al que va dedicado el concierto.