Fue vendido en 60 millones de dólares[1] y es la obra rusa más cara de la historia.
[2] La pintura fue creada en 1916 y perteneció al artista hasta junio de 1927.
Luego pasó a ser propiedad del arquitecto alemán Hugo Häring, que lo vendió al Museo Stedelijk de Ámsterdam.
[3] Ha formado parte de diferentes exposiciones, principalmente en Europa.
Después de una batalla legal de 17 años sobre su propiedad, volvió a los herederos del artista.