La Compañía Lancasteriana surgió como una nueva forma de educar en México en el siglo XIX.
El fundador de este sistema fue Joseph Lancaster,[1] un inglés considerado el pionero en hacer esta nueva técnica educativa en la que los alumnos más avanzados enseñaban a los demás.
La primera escuela que se abrió con este sistema en México fue la de «El Sol».
Entre 1842 y 1845 el gobierno federal entregó a la compañía lancasteriana la dirección de la educación primaria de toda la república; al terminar su gestión dejó 106 escuelas primarias en la capital, todos usando el sistema mutuo.
La compañía lancasteriana se disolvió en México bajo la presidencia de Porfirio Díaz en 1890.