Comité de Vigilancia sobre el Uso Público de la Historia

Fue creado por iniciativa de los historiadores Gérard Noiriel, Michèle Riot-Sarcey y Nicolas Offendstadt.

Tales leyes son, a su juicio, mecanismos intrínsecos en una democracia; sin embargo, opinan que leyes como la del 23 de febrero tienden a presentar una versión parcial de la Historia y cierra toda posibilidad de investigación que la contradiga.

Contra esta tendencia enfatizan la idea de que la labor del historiador puede ser beneficiosa para la población, principalmente transmitiendo los avances de la investigación histórica a los programas escolares.

Fue destacada su oposición al uso que Nicolas Sarkozy hizo del recuerdo de Guy Môquet.

También se ha destacado su presencia en el debate en torno a las leyes sobre el genocidio armenio.