Esta tecnología permite una mayor flexibilidad en el uso de combustible: carbón, biomasa lignocelulósica, basura etc, además de un mayor aprovechamiento del combustible y una mejor transferencia del calor producido durante la combustión.
No se permite la fundición del lecho, por lo que la temperatura está limitada a 850-900 °C.
El lecho fluido sustenta el combustible sólido mientras se bombea aire hacia arriba durante la combustión.
Otras plantas pioneras también experimentaron muchos problemas con la erosión, la entrada de aire y la alimentación por carbón.
Actualmente la combustión en lecho fluido está experimentando un gran auge, debido al mejor aprovechamiento del carbón y la menor emisión de gases contaminantes.