Al girar se controlan los alerones y el eje longitudinal.
Cuando la columna de control se empuja hacia adelante, la nariz del avión baja.
Las aeronaves de tamaño pequeño a mediano, generalmente propulsadas por hélice, cuentan con un sistema mecánico mediante el cual la columna de control se conecta directamente con cables y varillas.
La fuerza muscular humana por sí sola no es suficiente para aeronaves más grandes y potentes, por lo que se utilizan sistemas hidráulicos en los que los movimientos controlados mediante válvulas y activadores hidráulicos.
En aviones más modernos, las entradas pueden enviarse primero a un sistema eléctirca que luego envía una señal correspondiente a los activadores conectados a las superficies de control.