La revista The Journal of American Folklore dice sobre el tema de El mundo bajo la ciudad y «Caimanes en las alcantarillas»:[3] Según May, los alcantarilleros informaron haber visto aligátores por vez primera en 1935, pero ni May ni otras personas les creyeron.
«En su lugar, él puso hombres para supervisar a los alcantarilleros y halló como éstos obtenían whisky en los tubos».
Sin embargo, los reportes persistentes, quizás incluyendo el artículo periodístico descubierto por Coleman, causaron que May bajara para averiguar por cuenta propia.
Eventualmente, los niños se aburrían de sus mascotas y las soltaban en las calles, así como también las arrojaban a los desagües.
Benny Profane, uno de los personajes principales del libro, continúa cazándolos como trabajo a tiempo completo hasta reducir su población.