La CONEAU institucionalizó las funciones que le corresponden legalmente de manera progresiva.
El Decreto N.º 499/95 (artículo 7) dispone que la acreditación constituye una condición necesaria para el reconocimiento oficial y consecuente validez nacional del título por parte del Ministerio de Educación.
No obstante, las funciones de la CONEAU y las del Ministerio están claramente diferenciadas.
En cambio, las atribuciones y responsabilidades del Ministerio tienen efectos netamente jurídicos.
El informe resultante pasa a manos de un comité de pares designado por la Comisión, que tras hacer las observaciones pertinentes da lugar a un dictamen (favorable o desfavorable).
[12] La CoNEAU puede determinar acreditar una carrera por 6 o 3 años, dependiendo de los resultados del proceso de autoevaluación y evaluación por pares, o directamente no acreditarla, caso en que no podrá seguirse dictando en las condiciones actuales.
La acreditación por 3 años tiene lugar cuando la carrera no cumple con todos los estándares pero el informe final establece la posibilidad de alcanzar los niveles de calidad requeridos en un plazo cercano, o cuando la carrera cumple con todos los estándares fijados pero no tiene egresados por no haberse completado un ciclo completo de dictado.
Ministerial 160/2011 indica los criterios que se consideran en los procesos de acreditación.
[14] Desde la implementación de la LES, distintos organismos e investigadores han considerado oportuno indagar sobre los mecanismos de evaluación y acreditación utilizados en nuestro país con el objeto de identificar, entre otras cuestiones, su impacto en la calidad educativa (Mignone, 1995; Marquina, 2004; 2012; Toribio, 1999; Suasnabar, 2001; 2005; Fernández Lamarra, 2002; Sánchez Martínez 2002; Isuani, 2003; De Miguel Díaz, 2003; Aiello, 2007; Krotsch, 2007; Rinesi y Soprano, 2007; Giustiniani, 2008; Ruiz, 2009; Fraca, 2010; Pérez Rasetti, 2010; Nosiglia, 2010; Chiroleu, 2012; Corengia, 2015).
[15] La Comisión fue vista como un instrumento más de la ley tendiente a simplificar y adaptar a las exigencias del mercado los programas y carreras de las universidades nacionales.