Se define como claustrofilia al deseo de permanecer en espacios cerrados, cerrando todo, puertas, ventanas, etcétera, siendo lo opuesto a claustrofobia.
Debe diferenciarse de la claustromanía, que se refiere a la tendencia de un individuo a encerrarse en su propia casa.
Viene del latín "claustrum" ("espacio encerrado"), y del griego "philos" ("amigo amado", a philein - "amar").
El autor y científico Isaac Asimov tenía una claustrofilia, muy divulgada.
(Gubern, 2000:155) La agorafilia implica un sujeto activo que participa en grupos, en su comunidad, que explora la extraversión de los espacios abiertos y públicos.