Tenía todas las cualidades necesarias para pasar a la historia como una virtuosa del violín, pero una enfermedad ósea derivada de sus problemas de desnutrición infantil la obligó a alejarse del que hasta ese momento era su instrumento favorito.
El científico e inventor ruso presentaba en sociedad el theremin y la joven se quedó intrigada desde el primer momento sobre el funcionamiento del curioso aparato.
Pero no fue hasta 1977, cuando tenía 66 años, que se decidió a grabar su primer disco El arte del theremin.
Con la llegada del sintetizador de Robert Moog, el theremin pasó a un segundo plano hasta que en los años noventa revivió en una segunda juventud gracias al documental Theremin: An electronic odyssey que lo acercó a muchos músicos y grupos de la época, e inclusive años antes, grandes bandas como The Rolling Stones o Led Zeppelin, se arriesgaron a introducirlo en sus composiciones.
[1] Aunque Léon Theremin le propuso matrimonio, se casó con el abogado Robert Rockmore y, a partir de entonces, usó su nombre profesionalmente.
El control de la entonación que adquirió como violinista y su tono absoluto innato fueron útiles para tocar el instrumento.
Desarrolló una técnica única para tocar el instrumento, incluido un sistema de digitación que le permitió ejecutar con precisión pasajes rápidos y grandes saltos de notas sin el portamento o deslizamiento más familiar del theremín.
Rockmore vio las limitaciones del instrumento original y ayudó a desarrollar el theremín para satisfacer sus necesidades.