Para esta edición, la carrera contó con una subida de categoría, pasando a ser UCI ProSeries, pero perdiendo una de las competiciones hasta la fecha, la llamada Emakumeen Nafarroako Klasikoa.
[2] Para esta edición, se aumentó la distancia del recorrido hasta llegar a los 135,8 km, contando además con 9 muros.
En ese mismo instante, Riejanne Markus, que acababa de quedar cuarta en la La Vuelta, lanzó el ataque que le acabaría llevando a meta en solitario.
Intentó seguirla la rusa Tamara Drónova, pero se quedó en tierra de nadie y terminó segunda.
El podio lo completó Ella Wyllie, quien terminó en el grupo perseguidor, al igual que la única corredora local del top 10, Santesteban.