Ciudad romana

La ciudad romana es heredera directa de la griega y tuvo un desarrollo gradual e ininterrumpido durante todo el Imperio.

Inicialmente tenía un desarrollo orgánico, resultado de ir añadiendo casas al núcleo original.

Algunas ciudades de planta romana son Trieste, Verona, Turín, Rímini, Lucca, Florencia, Benevento, Salerno o Lecce, en Italia; Cartagena, Córdoba, Mérida, León, Barcelona, Valencia, Tarragona y Zaragoza, en España ; Lutecia (la actual París) y Narbona en Francia; así como Timgad, Constantinopla (la actual Estambul) o Tingis (la actual Tánger), entre otras.

Los romanos trataron de hacer del entorno urbano un lugar digno para vivir, por lo que construyeron cloacas, acueductos, fuentes, puentes, termas, baños, pavimento, servicio de incendios y de policía, mercados y todo aquello que es necesario para que la gente viva lejos del campo y con todos los refinamientos posibles para mejorar la salud pública.

Había edificios públicos para el gobierno, el culto y la diversión: los palacios, templos, foros, basílicas, teatros, anfiteatros, circos, mercados, baños, etc.; todos ellos construidos de nueva planta.

Plano romano de Caesaraugusta, encuadrado en la Zaragoza actual. Puede verse el decumanus maximus (1), el cardus maximus (2), el foro de Caesaraugusta (3), el puerto fluvial (4), los baños públicos (5), el teatro (6) y la muralla (7).