Se embarcó en una carrera que combinó periodismo y literatura.
Ha sido jefe del departamento de cultura de los diarios Minguk Maeil, Kyunghyang Maeil y Dong-a Ilbo; y después ha sido editor jefe de este último diario, posición que mantuvo hasta su dimisión en 1980.
A pesar del éxito de los personajes, la ciudad industrializada siempre se muestra como fundada en la pobreza y el sacrificio del campo.
En estas primeras novelas pretende mostrar el lado oscuro del desarrollo industrial.
Pero en vez de lanzar afilados ataques a la sociedad, apunta al egoísmo de las vidas corrientes o describe a los individuos desvalidos que se alinean tras el poder.