Entonces se dirigió a las llamas ―que son la representación del dios Agni―: «El padre de esta mujer, cuando ella era niña, me la prometió en matrimonio.En cambio Pulomá se casó con Brigu con ritos védicos realizados en mi presencia».[5] Brigu vio a su esposa llegar con el bebé y llorando incontrolablemente.Agni se deprimió por esta maldición, y dejó de aparecer en este mundo.Las personas no podían encender fuegos para cocinar ni para realizar ofrendas a los dioses.Los sabios llegaron hasta la morada del dios Brahmá y oraron ante él.[5] Brahmá tranquilizó a Agni diciendo que en realidad la maldición de Brigu era positiva: Agni podría consumir cualquier cosa sin discriminación alguna, y en el proceso purificaría el objeto.