Con tan solo 21 años, su nuevo entrenador Terry Niell llegó a definirle como «el mejor talento británico emergente desde George Best».
[5] A pesar de las expectativas que se habían generado con su fichaje, Nicholas vivió pocos éxitos en el Arsenal.
[6] Ya en la temporada 1983-84 su rendimiento se vio lastrado por la crisis de resultados que le costó el puesto a Terry Niell.
No obstante, el técnico Don Howe le mantuvo la confianza y el delantero se lo recompensó con 11 goles en 41 partidos.
[2] Tampoco ayudaba su vida nocturna londinense ni algunos episodios controvertidos por los que la prensa sensacionalista llegó a apodarle «Champagne Charlie».
Sin embargo, en sus actuaciones con el combinado nacional no tuvo el mismo éxito que a nivel de clubes.