Para subir al cerro debe estar preparado para afrontar una cuesta empinada, rocosa y que en algunos momentos se torna inalcanzable.
Después de 45 minutos aproximadamente para alguien no acostumbrado a estos trotes, entre maleza, piedras volcánicas y una que otra serpiente, logras vislumbrar una pequeña cruz metálica enclavada en la cima.
Con el poco aliento que te queda, empiezas a disfrutar de todo el paisaje del Tolima grande, donde no se miran fronteras.
Las 18.5 hectáreas restantes están caracterizadas por la presencia de paja amarga y matorrales muy bajos.
La Reserva Natural Cerro del Pacandé no se encuentra en cercanías de un áreas del SPNN y no se conocen otras iniciativas de conservación ni privada ni municipal cercanas al cerro.