[3] Presenta un aspecto burdo, según ya había sido narrada por el viajante francés Augustin Saint-Hilaire.
Un siglo más tarde la cerámica comenzó a ser valorada por los coleccionistas de arte.
[6] En las últimas décadas del siglo XX y principios del XXI, su producción se encuentra en las ciudades de Ouro Preto, el Sabará, Santa Luzia, Mariana, Caeté, Barao de Cocais y Santa Bárbara, pero la elaboración se ha restringido a pocos locales.
[2] La elaboración en Ouro Branco en la Casa del Artesano Bitinho, emplea alrededor de 18 artesanos, y está considerada como la única que queda para desarrollar la técnica de esta cerámica.
[7] La escasez en su producción se habría ido generando por la competencia con la cerámica de Inglaterra.