Esta intensa simbiosis e intercambio moldearon una identidad única y propia para Macao.
Su valor no reside solamente en sus estructuras arquitectónicas y urbanas, sino en el hecho de que estas consiguieron mantener su espíritu original y sus funciones originales hasta el día de hoy.
Este patrimonio arquitectónico, predominantemente de raíz europea, se levanta entre construcciones de estilo arquitectónico tradicional chino y entre construcciones modernas, causando un gran contraste en el tejido urbano de la ciudad y mostrando también la diversidad y tolerancia cultural existente en esta pequeña ciudad.
Por eso cada vez menos personas conseguían sostener el elevado coste de construcción y mantenimiento de edificios grandes, lujosos y refinados.
Este reconocimiento internacional ayudará a fomentar la apreciación de los valores patrimoniales y la conservación del patrimonio histórico-arquitectónico, influyendo positivamente los proyectos urbanos futuros, que serán llevados a cabo teniendo en cuenta la preservación del patrimonio.
Aunque la UNESCO no enumera los sitios individualmente, en la delimitación en planos del centro histórico de Macao aparecen grafiados los edificios protegidos.