Catedral de Orizaba

El templo fue levantado por la orden franciscana en el año de 1692, cuando se establecieran en la ciudad.

Hacia el año de 1854, un terremoto destruyó la torre del templo, y se rehízo al gusto neoclásico, muy en boga en la época.

Cabe destacar que cuenta la torre con un reloj en el segundo cuerpo, el cual se trajo de París.

A los lados de la fachada principal, y separadas por gruesos contrafuertes, se ubican las portadas laterales, realizadas en idéntica simetría.

Hay algunas pinturas de buena calidad, atribuidas a Miguel Cabrera.

Interior de la Catedral de Orizaba