Ha sido descrita por los historiadores como la estructura mejor conservada de las cruzadas religiosas.
[1] La catedral fue construida para santificar el lugar de peregrinación bizantino del Santuario de la Virgen María, el cual, según la tradición, fue dedicado a San Pedro.
[2] Una capilla dedicada a la Virgen María pudo haber existido en este sitio en el siglo IV.
Según la tradición, el lugar era muy venerado al punto de que incluso los musulmanes pudieron llevar a sus hijos allí en gran número para recibir el bautismo.
En la actualidad, el edificio sirve como Museo Nacional de Tartús.