Su inauguración se realizó 94 años más tarde, en el año 1895, por el arzobispo de Montevideo Mariano Soler.
Su magnífico Altar Mayor es obra de Antonio Veiga, habiendo obtenido dos premios en la exposición continental realizada en Buenos Aires en 1882.
A la izquierda del Altar se encuentra un Cristo agonizante policromado el cual, perfectamente embalado en un cajón, fue encontrado en las costas del océano, desconociéndose su destino: nadie sabe quién lo hizo, para quién era, ni de dónde vino.
Aparte de los oficios religiosos, ocasionalmente se realizan conciertos o actuaciones corales.
Este templo está dedicado a San Fernando, patrono de la ciudad.