Los señores de Mataplana quedaron encantados de tan fértil como era el valle, también de la situación y del lugar elegido para su residencia.
Un valle abierto con grandes bosques y regado por tres ríos: Llobregat, Aritja y Regatell.
Al dar la carta de edificación también se edificó la fortaleza, de modo que toda la baronía tuviera un bastión para su defensa en caso de guerra o ataque de otros huéspedes, y al mismo tiempo las personas que en ella vivieran tuvieran una salvaguarda y protección de los invasores de otras tierras.
[1] El edificio que contiene el portal de entrada fue modificado en su mitad sur para la ampliación de la Iglesia de Santa María de Lillet el siglo XVIII y la mitad norte se terminó de restaurar en el año 2007, después de casi 4 años de rehabilitación.
Actualmente tiene la función de alojamiento turístico con zona de spa para grupos y estancias empresariales.