Sin duda su origen es musulmán y fue reconquistado por Alfonso I el Batallador tras la reconquista de la ciudad de Zaragoza.
Al morir el Batallador, para cumplir su testamento, fue entregado a la Orden del Temple, cumpliendo su última voluntad.
Tras la disolución de la orden, a principios del siglo XIV, el castillo pasó a la Orden de San Juan del Hospital, que construyeron la Iglesia de Nuestra Señora del Mar en el siglo XVI sobre parte de la presente fortaleza.
[1] El castillo se encuentra en lo alto del cerro donde se asienta la localidad de Encinacorba y tan solo se conservan los restos del lienzo norte de la muralla que cerraba el recinto de unos 2000 metros cuadrados donde se insertan dos torreones muy rebajados en altura, uno de ellos de unos siete metros de lado, construido en piedra y ladrillo.
Presenta planta cuadrangular y aún conserva una bóveda de cañón apuntada.