Servía para proteger dicho río y el camino a Barcelona de las incursiones del Ándalus.
[2][3] En enero de 1395 el rey Juan I vendió, por 6.000 libras una carta de gracia,[3] a Berenguer de Cortilles, los dominios del castillo, así como la jurisdicción civil y criminal y el mero y mixto imperio.En 1448 un terremoto derribó parcialmente la fortaleza que se pudo reconstruir.
En el año 1772 Gerardo Cebrià Font compró el castillo y jurisdicción que lo heredó Valentí Llozer Codina, ministro honorario de la Real Audiencia de Barcelona por Isabel II de Castilla, conservando su sucesión mediante la línea directa, pasando más tarde a Rafael Llázer Cebrià.
El político y escritor republicano Valentín Almirall Poch, impulsor del catalanismo político, a quien correspondía ser barón del Papiol, nunca usó dicha dignidad nobiliaria.
En la actualidad los descendientes de la baronía se entroncan con antiguas dinastías del municipio como los Bofarull, Presas o Ros-Colomé.