Tiene tres grandes torres y está rodeado por un ancho foso.
Durante la rebelión contra Maximiliano de Austria, la ciudad de Beersel apoyó a Maximiliano, por lo que en 1489 el castillo fue asediado, tomado y saqueado por las tropas de Bruselas.
Fue parcialmente destruido pero de nuevo restaurado pasada la guerra.
Se añadió una cubierta (tejado) en el siglo XVII.
En 1948, se hizo cargo de él la Koninklijke Vereniging der Historische Woonsteden en Tuinen van België ("Real Asociación de Residencias Históricas y Jardines en Bélgica"), que lo arrendó a las autoridades municipales de Beersel.