El castigo ocurre cuando la respuesta instrumental va seguida de un estímulo aversivo.
Este estímulo aversivo puede consistir, en los experimentos de laboratorio, en pequeñas descargas eléctricas o ruidos estridentes.
El resultado es, como predice la ley del efecto, la disminución de la conducta.
En ocasiones se ha distinguido entre "castigo positivo" (que consigue en administrar un estímulo aversivo después de la respuesta) y castigo negativo (que se produce cuando la respuesta impide la presentación de un refuerzo positivo).
Sin embargo, es más habitual denominar a este último procedimiento entrenamiento de omisión, y llamar al "castigo positivo" simplemente castigo.