No debe confundirse con el caso genitivo, a pesar de que, en algunas ocasiones, ambos comparten significado en muchas lenguas.
Una de las clasificaciones más comunes es la distinción entre los posesivos alienables y los inalienables.
Muchas lenguas hacen esta distinción de algún modo.
Por ejemplo, el maorí y muchas lenguas malayo-polinesias.
En la expresión «tengo la nariz de mi padre», si se considera que el mayor sintagma nominal está marcado como inalienable, implicaría cierto grado de herencia genética.