[3] Tres años más tarde, en 1915, obtuvo destino en Batea (Tarragona); y no fue hasta 1917, que consiguió ser destinada a Tolva, su pueblo, y vivir cerca de su familia.
[1] Poco tiempo después, se casó con el Depositario del Ayuntamiento, cuyo apellido, Quintillá, utilizó en sus publicaciones a partir de 1918,[4] lo que indica que en esas fechas ya se había casado.
[8] En este contexto, en Tolva coincidió con el maestro Gregorio Lax de Roda, con quien publicó un folleto titulado “Diálogos y cantos para la fiesta del árbol” (Huesca, Editorial Vicente Campo, 1925).
[9] Víctor Juan, Director del Museo Pedagógico de Aragón en 2014, calificó el hecho como “revolucionario por estar escrito por una maestra aragonesa cuando no era frecuente que las mujeres participaran en asuntos públicos o se significaran socialmente”.
Esto podría ser debido a la situación política posterior y la llegada de la dictadura franquista, periodo durante el cual no se alentaba la visibilidad y participación pública de las mujeres.