El barrio se asienta sobre una mesa en la ladera del monte y domina ampliamente el paisaje, siendo visibles varios municipios del sur de Guipúzcoa.
El caserío se sitúa frente a la iglesia del núcleo, al otro lado del camino; resulta ser un volumen de dimensiones importantes en la escala del barrio, de planta rectangular con mayor fondo que el frente orientado al Este.
Cuenta con planta baja, primera y otra bajo cubierta, cubriendo la totalidad de la planta una cubierta a dos aguas desiguales que forman hastial en la fachada principal.
Se trata de un edificio complejo, por cuanto pueden detectarse en él dos partes bien diferenciadas adosadas entre sí: por una parte una suerte de cuerpo a modo de restos de lo que pudo ser un palacio rural en el que pueden verse huecos ojivales propios, como mucho del primer cuarto del siglo XVI mezclados con otros propios de 20 o 25 años más tarde; por otra, un caserío propiamente dicho, tipológicamente hablando, cuya factura parece propia de las últimas décadas del mismo siglo XVI o primeras del XVII pero que contiene elementos más propios de la primera mitad del siglo XVI, y que resulta no ser simétrico, pues cuenta con tres crujías en el lateral izquierdo y dos en el derecho, lado por el que se adosa al primero de los cuerpos referidos.
Se sabe documentalmente que la casa Santa Marina sufrió un incendio en 1580 y que se contrató al carpintero Juan de Ayzalde como contratista para su reconstrucción.