Se construyen sobre lagos, incluso sobre el mar, sirviendo para conectar pequeñas islas y minas con el resto del continente.
Esta capa, sumada a la nieve caída, permite comunicar estos puntos mediante el pasaje de camiones pesados.
Antiguamente, se utilizaban trineos tirados por perros, más tarde por bulldozers con una pala quitanieves y actualmente se preparan las carreteras con máquinas quitanieves especialmente preparadas para que pueda circular cualquier vehículo convencional.
Además, la circulación sobre ellas es especialmente complicada y se realiza por profesionales especializados, ya que prácticamente no se puede frenar durante todo el trayecto, ni superar determinados parámetros.
Es necesario analizar continuamente el hielo para determinar cuál es la capacidad de carga; sabiendo esto se podrá determinar el peso máximo, la velocidad máxima y distancia mínima que hay que exigir para que la infraestructura soporte el tráfico.