Caroline Grills
En ese momento, el talio era fácil de comprar sin receta en Nueva Gales del Sur.[1] Mickelson había heredado del padre de Grills una casa en Gladesville y se especuló que Grills la había asesinado con la intención de heredarla.Del mismo modo, Thomas era amiga cercana de la familia del matrimonio Grills y había dejado su casa de vacaciones en las Montañas Azules a la pareja.[2] Grills era una mujer de baja estatura que usaba anteojos oscuros de montura gruesa, solía servir a sus amigos y suegros té, pasteles y galletas.[3] En los meses que siguieron, se declararon más casos de intoxicación por talio, entre ellos el destacado futbolista de la Australian Rugby League, Bobby Lulham.