Don Alfredo Barrantes (Álvaro Ruiz), despótico y arrogante hacendado, fue asesinado junto a su esposa por los habitantes del pueblo "La Magdalena", porque estaban cansados de que los trataran como esclavos.
Años más tarde la mujer muere, dejando a su hija en manos de una amiga, Bárbara (Nórida Rodríguez), quién trata de devolverla a la hacienda "Los Cristales", propiedad de Alfredo Barrantes, ahora en manos del antiguo capataz, Don Joaquín (Gustavo Angarita) y su esposa Doña Leonor (Leonor Arango), abuelos de Luis (Rafael Novoa).
Cada vez que se le acerca un hombre y ella se enamora, la maldición despierta rompiendo vidrios y espejos, desatando tormentas, y la sed ambiciosa de los habitantes de "La Magdalena" que quieren encontrarla para acabar con ella e impedir que siga amando.
Carolina queda embarazada, pero no puede creerlo porque nunca mantuvo relaciones con nadie.
En el pueblo ya saben quién es Carolina, lo que despierta la avaricia de los habitantes que estarán dispuestos a eliminarla, desatando dolor y tragedia en esas tierras.