La hemoglobina presenta una mayor afinidad por el CO, aproximadamente unas 210 veces más,[1] que por el oxígeno; desplazando a este fácilmente.El CO es tóxico porque al formarse la carboxihemoglobina, ésta ya no puede captar el oxígeno.Esto provoca que exista menos hemoglobina disponible para transportar oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo.El color rojo cereza de la COHb provoca que no se presente cianosis.Los síntomas causados por la exposición crónica a concentraciones no letales de CO son los de daño cerebral progresivo, que incluye cambios mentales y a veces un estado similar al parkinsonismo.