Actualmente el local se ha convertido en una confitería pastelería, conservando el mismo nombre, donde se sigue elaborando el dulce.
El establecimiento vio su época más dorada habiéndolo regentado el singular Falín, propietario del mismo e hijo del llamado Profesor, antiguo funerario y corresponsal de prensa, que en su época de profesor de música armonizó a toda la población desde tan ilustre local.
Por aquel entonces ya habían regresado algunos emigrantes, de los que habían "hecho las américas", que de vuelta a su pueblo natal y convertidos en indianos frecuentaban el local.
Pasaron muchos años antes de que sus fabricantes pudieran registrar tan rico vocablo, que en su época les fue denegado por ser tachado de inmoral.
En la actualidad, la confitería está regentada por las hermanas Carmen y Teresa de Aspe Llavona, que además de continuar elaborando las famosas pastas, venden otros productos tradicionales y típicos de la repostería asturiana.